Los accidentes de trabajo y las fallas en los procesos siempre están asociados a cierta incertidumbre, lo que resulta en perjuicio para el trabajador, comprometiendo la productividad y la eficiencia. A pesar de ello, estos problemas pueden gestionarse de forma que se minimicen o eliminen de la gestión de riesgos.
En un mundo cada vez con más riesgos e incertidumbres, el gran desafío de las empresas es verificar en qué medida estos parámetros interfieren en la generación de valor en un negocio y causan daños a la reputación de la empresa en el segmento en que actúa y en el mercado en su conjunto.
En este sentido, existen varias metodologías con el objetivo fundamental de gestionar los riesgos de un proyecto, permitiendo identificar procedimientos comunes entre todas estas dinámicas.
Dependiendo del escenario de incertidumbres, hemos organizado un paso a paso de una política de gestión de riesgos adecuada para tu negocio. ¡Compruébalo!
¿Qué es la gestión de riesgos?
La gestión de riesgos no es más que un proceso aplicado en las organizaciones que tiene como objetivo identificar eventos potenciales. Estos hechos están relacionados con situaciones que pueden afectar a la empresa, provocando incertidumbres que se traducen en problemas u oportunidades.
Por tanto, la gestión de riesgos tiene como objetivo el cumplimiento de los objetivos definidos por la empresa, siendo una herramienta fundamental para el correcto funcionamiento de la planificación estratégica. Además de la identificación, este proceso de gestión también evalúa, clasifica y mitiga todos los factores potencialmente dañinos.
En el contexto del mantenimiento, todas las empresas deben realizar una gestión de riesgos, independientemente del campo de actividad o tamaño. Las diferencias varían según el sector de destino, pero el objetivo principal de evitar accidentes es siempre el mismo.
Pasos para implementar la gestión de riesgos
A continuación, siga en detalle cada paso de la implementación de la gestión de riesgos en una organización:
1. Planificación de la gestión
El primer paso consiste en planificar la ejecución de los procesos de gestión, seguimiento y control de riesgos. Esta acción incluye la definición de una metodología específica y la delegación de responsabilidades y funciones a los equipos implicados, con la recopilación de información presupuestaria y predictibilidad de costos.
2. Identificación de riesgo
Este paso se basa en la creación de una lista de todas las incertidumbres que pueden afectar el desempeño de una actividad o el éxito de un proyecto. Este procedimiento identifica posibles fuentes de riesgo para una resolución posterior.
Este mapeo es un paso fundamental en el análisis y gestión de riesgos, y todas las acciones importantes deben estructurarse en detalle para un adecuado desempeño de la organización. Esta lista generalmente comprende:
- cadena de suministros;
- sector financiero;
- recursos humanos;
- instalaciones industriales;
- procesos de comercialización y ventas;
- prestación de servicios directos.
3. Análisis y clasificación
Posteriormente, en la etapa de análisis y clasificación, se evalúan las probabilidades de cada riesgo de acuerdo con su posibilidad de ocurrencia y grado de impacto en el proceso productivo. Es esta información la que permitirá la creación de parámetros para categorizar problemas y acciones.
4. Priorización de riesgos
Luego, el listado resultante debe ordenarse en forma de ranking, con clasificaciones basadas en los análisis del paso anterior. Sobre todo, los riesgos con mayores incertidumbres y probabilidades de ocurrencia y los impactos más significativos deben tener prioridad en la prevención.
Se puede utilizar una matriz de probabilidad e impacto para gestionar los riesgos negativos y delinear estrategias específicas de la siguiente manera:
- riesgos triviales: presentan rara probabilidad y consecuencias insignificantes, y se debe actuar sólo en caso de ocurrencia;
- riesgos moderados: las acciones de mitigación son necesarias para reducir la probabilidad y los impactos generados;
- riesgos intolerables: necesidad de acción inmediata para reducir o eliminar la probabilidad de ocurrencia y sus consecuentes impactos.
5. Planificación de las respuestas
La etapa de planificación define cuáles son las acciones efectivas que tomar para reducir o eliminar la probabilidad de ocurrencia de un determinado problema, mitigando los impactos y enumerando las técnicas y procedimientos adecuados para cada caso.
Por lo tanto, se realizan inversiones en la eliminación de las causas y reparación de fallas, además de planes estructurados para gestionar los problemas si se presentan. También es importante designar a los responsables de la gestión de riesgos y la contención de perjuicios.
6. Seguimiento y control de acciones
Finalmente, es necesario monitorear las actividades que realizan las empresas y el avance de los proyectos para que efectivamente se imponga la aplicación de medidas que eviten los riesgos identificados. Además, este proceso continuo tiene como objetivo reconocer nuevas amenazas y tomar las medidas correctivas necesarias siempre que sea posible.
Descubra cómo Engeman® puede ayudar con la gestión de riesgos
Después de implementar un plan de gestión de riesgos, la estrategia debe ser monitoreada continuamente. Si los procedimientos tienen buenos resultados, es muy probable que solo ocurran cambios ocasionales.
Por lo tanto, para garantizar la eficiencia de la gestión de riesgos, es necesario estar disponible para realizar las acciones determinadas por un sistema, evitando controles paralelos. En el mismo sentido, los equipos deben estar capacitados para utilizar los recursos de un programa específico.
La implementación de Engeman® contribuye a la planificación del mantenimiento y de los flujos de aprobación. Los procedimientos de asistencia documentados, en general, abren menos espacios para improvisaciones y, en consecuencia, menos posibilidades de desviaciones, lo que reduce drásticamente las incidencias.
Un sistema de mantenimiento como Engeman® permite a la organización reducir costos y optimizar los procesos de asistencia, analizando la influencia del volumen y disponibilidad de maquinaria, costos de producción, calidad de las actividades y seguridad de las operaciones.
Entre los principales beneficios que brinda la implementación de un software de mantenimiento específico como Engeman®, se destacan los siguientes:
- uso eficiente de los recursos;
- mantenimiento planificado;
- intercambio de información entre sectores productivos;
- planes de mantenimiento de emergencia;
- avisos de inspecciones periódicas de equipos;
- control de stock de repuestos;
- mantenimiento de un historial de ocurrencias de equipos;
- proporcionando información rápida con gráficos, informes e indicadores de rendimiento.
Conclusión
Ante todo, la gestión de riesgos surge como un proceso sistemático de planificación estratégica dentro de las organizaciones. Esta actividad tiene como objetivo identificar, analizar y responder a las incertidumbres a las que están sujetas las empresas, minimizando o incluso eliminando la posibilidad de impactos negativos en los negocios.
Para aplicar una gestión de riesgos eficiente, es importante adoptar medidas de control eficaces que optimicen el capital de la organización y mejoren las respuestas. Solo con el uso de una estrategia de seguimiento continuo es posible extraer los máximos resultados y aumentar el rendimiento de los sectores.
Engeman® es un software enfocado en la planificación del mantenimiento y de flujos de aprobación, lo que le permite reducir las improvisaciones, desviaciones y, en consecuencia, la posibilidad de accidentes. Tener a su disposición un historial completo de los equipos y procedimientos utilizados en cada acción converge a un negocio exitoso con amplio espacio de crecimiento en el mercado.
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